“Es que las aulas están masificadas, es que el alumnado está muy mal preparado, es que no sabemos, es que no sirve para nada, es que hablan mucho en clase, es que no quieren estudiar, es que la tecnología es muy compleja, es que…..” Si conoce a alguien que constantemente está utilizando el “es que…” entonces es un esqueroso.
Los esquerosos utilizan el “es que..” para protegerse, para convencerse de que ellos nunca tienen la culpa de nada, por supuesto siempre es de los demás… ¿y qué tiene que ver esto con la educación? pues que si un profesor es esqueroso, significa que nunca hará nada por intentar mejorar el proceso de aprendizaje, ¿para qué? si la culpa es del alumnado. Si un alumno es esqueroso se rendirá, justificará su suspenso, e incluso podría abandonar la educación: “es que yo no valgo para esto..”
Los esqueros no se mueven, no innovan, no buscan soluciones y, lo que es peor, nunca piensan que si cambia su percepción de la situación se podrían encontrar soluciones. Dicho de otra forma, si las personas esquerosas en lugar de decir “es que..” reaccionaran e intentaran hacer algo, entonces podrían mejorar su actividad o trabajo.
Si el profesorado esqueroso, en lugar de pensar que los alumnos son malos, pensara en la posibilidad de que el problema no fuera el alumnado, entonces podría hacer alguna actividad que pusiese remedio a una mala situación.
Las personas esquerosas utilizan la inteligencia emocional de forma perversa, la usan como una coraza que les exime de cualquier responsabilidad. La gran paradoja se da cuando parte del problema es la persona esquerosa. En ese caso el problema seguirá aumentando de forma indefinida y nunca se solucionará.
Lo peor que le puede pasar al profesorado es que se convierta en esqueroso. Creo que todos tenemos algún “es que” en nuestra vida, el problema es cuando lo utilizamos para salir huyendo de la responsabilidad que conlleva nuestro trabajo, para negarnos a cambiar y sobre todo para buscar fuera las causas del fracaso.
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