Para motivar al alumnado necesitamos profesorado motivado,
¿Cómo aumentar la motivación?
MAYOR RESISTENCIA
Hoy en día, a menudo escuchamos y leemos que la educación necesita una innovación profunda, que tiene que ser válida para responder adecuadamente a los retos que se nos presentarán en este s. XXI. Además, nos llegan mil mensajes como si de mantras se tratase “el alumno/a tiene que ser el/la protagonista de la educación”, “el/la profesor/a es el eje de la innovación”, “la innovación comienza en el aula”, etc. Temo que con ello en lugar de aumentar la motivación del profesorado lo que se generen sean bloqueos y/o mayor resistencia.
CONTAGIO POSITIVO
Trabajando las emociones del profesorado en la reunión de claustro. Hirukide Ikastetxea
Dicho esto, ¿cómo motivar a los/as educadores/as para que se embarquen/nos embarquemos en ese proceso? En nuestra opinión, la clave es el Contagio Positivo. Frecuentemente, asociamos la palabra contagio a algo negativo y no podemos negar que se contagian todo tipo de virus como el virus de la gripe, virus informáticos… Pero la experiencia nos ha enseñado que lo positivo también se puede contagiar.
LLAVE DE ENTRADA
Si decidimos iniciar ese camino, deberíamos comenzar por la formación del profesorado. Las y los educadores estamos acostumbrados a recibir formación. La mayoría de las veces el objetivo es aprender alguna técnica o metodología nuevas para aplicarlo lo antes posible en clase con los alumnos. Pero para que ese trabajo tenga éxito, antes debemos preparar a la persona, como cuando sembramos una(s) semilla(s) y deseamos recoger los frutos. La llave de entrada es trabajar la inteligencia emocional. La finalidad es identificar las emociones propias y las de los demás y desarrollar la habilidad para gestionarlas de modo adecuado.
Lo positivo también se puede
contagiar
Al comenzar a trabajar la inteligencia intrapersonal e interpersonal nos damos cuenta de los beneficios que nos aporta en el ámbito personal, familiar y profesional. Desarrollar estas competencias facilita la cooperación entre compañeros, nos ayuda a resolver los conflictos que surgen escuchando y comprendiendo a la otra persona, a alcanzar acuerdos, nos enseña a aprender unos de otros y a ayudarnos mutuamente. Y en esa situación, podremos poner en marcha el “Contagio Positivo” que hemos mencionado anteriormente. ALIARSE
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Hoy en día, a menudo escuchamos y leemos que la educación necesita una innovación profunda, que tiene que ser válida para responder adecuadamente a los retos que se nos presentarán en este s. XXI. Además, nos llegan mil mensajes como si de mantras se tratase “el alumno/a tiene que ser el/la protagonista de la educación”, “el/la profesor/a es el eje de la innovación”, “la innovación comienza en el aula”, etc. Temo que con ello en lugar de aumentar la motivación del profesorado lo que se generen sean bloqueos y/o mayor resistencia.
CONTAGIO POSITIVO
Trabajando las emociones del profesorado en la reunión de claustro. Hirukide Ikastetxea
Dicho esto, ¿cómo motivar a los/as educadores/as para que se embarquen/nos embarquemos en ese proceso? En nuestra opinión, la clave es el Contagio Positivo. Frecuentemente, asociamos la palabra contagio a algo negativo y no podemos negar que se contagian todo tipo de virus como el virus de la gripe, virus informáticos… Pero la experiencia nos ha enseñado que lo positivo también se puede contagiar.
LLAVE DE ENTRADA
Si decidimos iniciar ese camino, deberíamos comenzar por la formación del profesorado. Las y los educadores estamos acostumbrados a recibir formación. La mayoría de las veces el objetivo es aprender alguna técnica o metodología nuevas para aplicarlo lo antes posible en clase con los alumnos. Pero para que ese trabajo tenga éxito, antes debemos preparar a la persona, como cuando sembramos una(s) semilla(s) y deseamos recoger los frutos. La llave de entrada es trabajar la inteligencia emocional. La finalidad es identificar las emociones propias y las de los demás y desarrollar la habilidad para gestionarlas de modo adecuado.
Lo positivo también se puede
contagiar
Al comenzar a trabajar la inteligencia intrapersonal e interpersonal nos damos cuenta de los beneficios que nos aporta en el ámbito personal, familiar y profesional. Desarrollar estas competencias facilita la cooperación entre compañeros, nos ayuda a resolver los conflictos que surgen escuchando y comprendiendo a la otra persona, a alcanzar acuerdos, nos enseña a aprender unos de otros y a ayudarnos mutuamente. Y en esa situación, podremos poner en marcha el “Contagio Positivo” que hemos mencionado anteriormente. ALIARSE
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