“Hace poco, respondiendo a la inevitable pregunta de un
estudiante, ‘¿para qué sirve eso?’, le contesté: ‘Para nada. ¿No le
parece admirable que haya gentes que se dan el lujo de preferir cosas
hermosas e ideas profundas a artefactos ingeniosos pero, a la postre,
superfluos o incluso dañinos, tales como los automóviles acorazados?’”
Mario Bunge
Recientemente apareció publicado en El Periódico un artículo titulado “Brillantes y de humanidades”. En él se explican los motivos por los que dos alumnos “excelentes” eligen estudiar filosofía y filología. El tono del artículo es de sorpresa por el hecho de que dos alumnos con altas calificaciones elijan dedicarse a carreras de Humanidades, dando por supuesto que estas son de segunda categoría:
“Este curso, de los 240 alumnos que llegaron a la UB con más de 13 en la selectividad, solo nueve han ido a Humanidades y dos a Ciencias Sociales (Derecho y Economía). Es menos de un 5%, aunque esas carreras representan un 65% de las plazas ofertadas. La inmensa mayoría de los estudiantes excelentes se encuentran en Ciencias (33%) y, sobre todo, en Medicina (63%).”
Sigue leyendo.
Recientemente apareció publicado en El Periódico un artículo titulado “Brillantes y de humanidades”. En él se explican los motivos por los que dos alumnos “excelentes” eligen estudiar filosofía y filología. El tono del artículo es de sorpresa por el hecho de que dos alumnos con altas calificaciones elijan dedicarse a carreras de Humanidades, dando por supuesto que estas son de segunda categoría:
“Este curso, de los 240 alumnos que llegaron a la UB con más de 13 en la selectividad, solo nueve han ido a Humanidades y dos a Ciencias Sociales (Derecho y Economía). Es menos de un 5%, aunque esas carreras representan un 65% de las plazas ofertadas. La inmensa mayoría de los estudiantes excelentes se encuentran en Ciencias (33%) y, sobre todo, en Medicina (63%).”
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