Frase educativa.

Todo lo que has aprendido es inútil si no lo usas, y estéril si no lo compartes.”. Gerardo Varela.
"Educar no es otra cosa que enseñar a dudar". Ortega y Gasset.
“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo". Benjamín Franklin”


martes, 30 de octubre de 2018

Cursos CEP

Se ha abierto el plazo de inscripción de la siguiente actividad de ámbito CEP
La siguiente actividad continua con le plazo de inscripción abierto:
Recordad que en el siguiente enlace podéis consultar la oferta de actividades formativas de ámbito provincial y/o regional que tienen el plazo de inscripción abierto: 
 
Actividades provinciales y regionales 

Sobre el uso del movil en clase...



Corría la bella década de los veinte cuando los franceses empezaron a temer que los alemanes, que les partían la boca cada cierto tiempo, volvieran a las andadas más pronto que tarde. Entonces, André Maginot, un veterano de guerra que en aquellos tiempos ejercía de ministro de Defensa, tuvo una gran idea: levantar cuatrocientos kilómetros de trincheras y fortificaciones a lo largo de la frontera franco-germana. Esta bacanal de hormigón y búnkeres protegería a los culos gabachos de la metralla alemana que, como el de Maginot, salieron bastante chamuscados de la Gran Guerra. Esta enorme puerta —cerrada, se entiende— al campo se medio terminó a la vez que los nazis se armaban hasta los dientes, por lo que todo el pueblo francés aplaudió el invento y suspiró de alivio, tranquilos al imaginar que Hitler se estamparía una y otra vez contra el muro de Maginot. Pero, claro, Alemania no se había quedado anclada en el pasado, y en su maquinaria bélica brillaban los tanques y los aviones. Además, como los belgas eran amigotes que chapurreaban el francés, y como la obra costaba un pastizal tremendo, no se construyó muro por ese lado. Lo que terminó ocurriendo ya es sabido: los nazis invadieron Bélgica con una mano atada a la espalda; cruzaron la frontera por los, a prori, inescrutables bosques de las Ardenas; y acorralaron a los franceses en su propio muro. Desde la Línea Maginot no se disparó ni una sola bala y quedó para la historia como uno de los fracasos estratégicos más grandes de todos los tiempos. Hoy día, lo que queda, se sigue pudriendo a lo largo del oriente francés.
Ya sabemos que el hombre es el bicho que tropieza dos veces en la misma piedra. El actual presidente de la República, Macron, está intentando construir otro muro a lo Maginot prohibiendo, por ley, el uso de los teléfonos móviles en las escuelas. La medida, por lo visto, fue aplaudida por la mayoría de ciudadanos, profesores incluídos, lo que le reportará a Macron un buen número de votos en las próximas elecciones. Los franceses se sienten seguros con la nueva Línea Macron, en este caso digital y base de decreto, no de hormigón como la de Maginot.
También sabemos que el español es el hombre que copia, en caso de duda, todo lo francés. Desde la publicación de la prohibición por parte de nuestros vecinos del norte, hordas de indocumentados piden copiar la restricción francesa, cuando no aumentarla. Más de uno y de dos profesores me han asegurado que la utilización de los teléfonos móviles en la educación es una aberración y que, de extenderse, la escuela se convertiría en un ente incontrolable, algo así como una sodomogomorrización a lo bestia. Es inaudito cómo un profesor, una persona formada, puede pensar a estas alturas que un muro va a parar el miedo. Si en general los muros son estériles, ¡qué decir de un muro contra las ondas! Algunos de ellos no solo se contentan con dejar los aparatos fuera de sus clases (algo totalmente respetable y entendible: su autoridad académica y magistral manda), sino que tiran de un vomitivo paternalismo para empujar sus prohibiciones y extenderlas al resto del profesorado. En mi centro, por ejemplo, se votó en Claustro una propuesta en la que se prohibía el uso de los móviles para fines educativos en la ESO. Es decir, que yo no puedo hacer un Kahoot si no pierdo tres cuartas partes del tiempo de la clase en ir a por los carritos de los portátiles, con todo lo que eso conlleva. Es la productividad, amigos, la que se mira pero no se toca. Por cierto, desde que la prohibición está vigente, no hemos evitado ninguno de los inconvenientes que nos pueden traer los móviles, porque los chicos, ya lo ponga en la Piedra Roseta, los siguen trayendo al centro. Recientemente, un profesor fue grabado mientras daba clase, algo que según los antis no iba a volver a pasar con la prohibición...pero esta es otra historia. En cualquier caso, si los niños van a seguir teniendo el móvil en el bolsillo, ¿por qué no usarlos para mejorar la metodología?
Pero qué se le va a hacer. La indignación del principio fue pasando y se va asumiendo la situación. Sin embargo, es el día a día en las salas de profesores de cualquier centro educativo, o mi experiencia impartiendo cursos de formación, lo que te da la clave. Poco a poco, con un comentario de aquí y otro de allá te vas dando cuenta cuál es el principal problema de toda esta historia: el quid de la cuestión es que los docentes no tienen ni idea del manejo de un móvil. Es evidente que la generalización, como todas, es injusta, pero en este caso solo con unos pocos. Yo pensaba, hasta hace poco, que quién mejor que nosotros para enseñar a los niños el buen uso de esta tecnología, pero me he dado cuenta de mi error. Muchos de ellos cogen el teléfono como cogería mi tatarabuela una pastilla de Avecrem. Tengo el móvil petado, no me va el Whatsapp, eso del Classroom qué es lo que es...eso sí, mandar memes sabe hacerlo todo el mundo. Mi móvil es que es muy viejo y ya no va bien, me dijo otro hace poco con aparato mejor que el mío, que aún estaría en garantía.
Es de alabar el generoso esfuerzo que se está realizando desde los CEP, con su buena oferta de formación, para que se vaya perdiendo el miedo. Espero y deseo que dentro de poco nos acordemos de las prohibiciones como se acuerdan los franceses de su Línea Maginot: con un poco de vergüenza y tratando de volver a olvidarla. Porque el futuro es imparable...y ya está aquí.
 
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¿Y si logramos que aprendan divirtiéndose?

El docente Iñaki Jiménez Miranda te relata su experiencia utilizando la herramienta Class Dojo en el aula para promover un aprendizaje activo. ¿Lograremos que nuestros alumnos y alumnas aprendan divirtiéndose?El objetivo de toda persona que se dedica a la docencia es que su alumnado aprenda y si puede aprender divirtiéndose … mucho mejor.

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La calidad educativa: realidad o utopía


¿La calidad educativa es una realidad o una utopía? Mario de Jesús González reflexiona acerca de la calidad educativa en este interesante artículo. ¡No te lo pierdas!La educación pretende, no solo formar individuos capaces de enfrentar inteligentemente situaciones reales, y darles soluciones efectivas, sino también erigir individuos idóneos para interactuar con sus similares y convivir en sociedad, con un proceder basado en los principios morales.  Para ello se requieren maestros que puedan reinventarse de acuerdo al contexto. Maestros conscientes de llevar consigo una relación entre humanos en sus procesos educativos organizados y que hacen la diferencia, determinando o posibilitando su desarrollo.

Desde siempre se ha atareado hacia la búsqueda de la calidad educativa, bajo la inclusión de un compendio de aspectos y la atención a las necesidades y manifestaciones del individuo a partir de la educación integral.  Desde un ideario selecto, la educación ha sido considerada como el instrumento mediante el cual se logra la transformación cultural y social, convirtiéndose en la herramienta que abre las puertas a las oportunidades.
La calidad educativa es una de las expresiones más utilizadas actualmente en el ámbito educativo. Además se acompaña de términos como eficacia, eficiencia, innovación, reflexión permanente etc., como referentes que responden a las necesidades de una sociedad escolar cambiante, en la que se sigue unos procesos de mejora. Para la UNESCO, la educación de calidad es un derecho de todos los estudiantes y constituye un objetivo prioritario en su agenda global.
Para adquirir calidad en educación es imperioso invertir; sobre todo en ciencia, tecnología, desarrollo y recurso humano. Mientras se escatimen los recursos para la educación, no se evoluciona, no puede haber calidad y mucho menos progreso. Para muchos países la educación no es una prioridad, por lo tanto la inversión en este sentido es mínima. Así que pensar en calidad se podría convertir en una utopía.
Pareciera que a los gobiernos no les interesa ni les conviene un pueblo próspero y educado, quizás el hecho de tener que afrontar ciudadanos que piensen, se convierta en la “piedra en el zapato”. De hecho, esta situación no es nueva: este escenario ha sido considerado un problema generalizado a través de la historia. Desde la década de los 50, Bradbury en “Fahrenheit 451” mostraba el futuro distópico hacia el que era conducido el modelo social. En los 60, Theodor Adorno manifestaba: “Que Auschwitz no se repita”. Hechos entre otros, que resultaba incomprensible la escasa importancia que la educación le había prestado a dichos acontecimientos, los cuales a su vez son aprovechados por el Estado para manipular la docilidad de su gente.  
Una cosa hay que tener presente: “El caos en que se encuentran inmersos los pueblos, se debe a la falta de educación”.
La UNESCO invita a reflexionar sobre la temática: “La educación transforma vidas” (2017).  En esta concepción presenta la educación recogida en un fin absoluto: “El objetivo de desarrollo sostenible”. Por lo tanto exhorta al cambio, el cual debe comenzar con la forma de concebir al estudiante. Lo que implica el hacer un miramiento a ese ser que se desarrolla individual y colectivamente, reconociéndolo como sujeto que requiere, no solo ser acogido como persona, sino también como ser sediento de afecto y orientación desde sus potencialidades y necesidades y, sobretodo, de “ser escuchado”.  
Para lograr la calidad es necesario transformar la educación, en otra que se preocupe por la formación docente, de tal manera que los procesos permitan generar oportunidades de transformación positiva, donde a los estudiantes se les enseñe a pensar, aprendan a desarrollar sus habilidades comunicativas y de convivencia, se les permita saber dónde y cómo acceder a la información, pero fundamentalmente la manera de interactuar con ella para que se formen para la vida y sean competentes, no solo en sus desempeños, sino en la capacidad para entender la sociedad.

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lunes, 29 de octubre de 2018

Darwin, te necesito


¿Hay algo que funcione de la homeopatía? En sus 200 años de historia, no se ha demostrado que tenga efecto más allá del placebo para tratar ninguna dolencia, sin embargo sigue generando altos beneficios económicos. El quinto capítulo de ‘Darwin, te necesito‘, la serie de Materia y EL PAÍS VÍDEO donde Bruno Martín aborda los […] 
 
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Profesores del Siglo XXI


PrimeraClase_p6 


"Si todo lo que hacemos es enseñar a nuestros niños lo que sabemos, puede que recuerden lo suficiente para seguir nuestros pasos, pero si les enseñamos a aprender, pueden llegar donde quieran”. Andreas Schleicher.


domingo, 28 de octubre de 2018

#CEREBROSCENCIA, BREVES APORTES NEUROCIENTÍFICOS PARA ENTENDER LA ADOLESCENCIA

Estamos en un momento de grandes cambios: cambia la sociedad y con ella su cultura y también la cultura docente. Para conseguir la transformación en mayúsculas, los espacios educativos, docentes, profesores, educadores y la comunidad educativa (en el sentido más extenso de la palabra), tenemos un gran reto: ser más investigadores, críticos y reflexivos, más autónomos y proclives a trabajar en cooperación. Estamos convencidas de que la clave para lograrlo es empezar por entender cómo funciona el cerebro y cómo aprendemos las personas.

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Recursos Educativos Abiertos (REA) gratis para todos

Los Recursos Educativos Abiertos (REA) hacen referencia a materiales de enseñanza, aprendizaje e investigación en soporte digital de carácter gratuito, pues son  publicados con una licencia abierta (Creative Commons) que permite su uso, adaptación y redistribución  por otros sin ninguna restricción o con restricciones limitadas. El fenómeno de los REA se considera de gran importancia e interés en el futuro de la enseñanza y la educación, tanto de entornos escolares como universitarios.

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La escuela cansada



"La escuela a medida no se puede describir de manera definitiva, en un modelo que se debe probar y repetir. Solo puede nacer como una escuela que renueva constantemente su modelo, reinterpretando constantemente las exigencias, las sugerencias directas o indirectas, la cultura espontánea, las necesidades de aquellos niños concretos, de aquel niño concreto, aquel año, aquel día." Gianni Rodari

Los síntomas de cansancio de la escuela son evidentes, pero también las múltiples fórmulas para revertirlos que cada día ponen en marcha miles de docentes. Esas buenas prácticas docentes son las vitaminas que permitirán rejuvenecer, reformular, una escuela que por momento parece incapaz de dar soluciones a las nuevas necesidades del mundo globalizado y digital en el que vivimos.

Otra de las cosas que ayudará a que la escuela vuelva a su edad dorada, a recuperar su energía juvenil, es la dotación de recursos económicos por parte de las administraciones correspondientes, la mejora de los recursos, la reducción de las ratios, la mejora laboral de los docentes y el reconocimiento de su labor a todos los niveles... Esto es básico, aunque de tan básico que es, en ocasiones lo olvidamos.

La escuela actual necesita de grandes dosis de adaptabilidad a las situaciones y necesidades cambiantes, de resiliencia para levantarse tantas veces como caiga, de creatividad para ser capaz de afrontar los problemas de aprendizaje de los alumnos desde distintos puntos de vista, de cooperación porque trabajando juntos llegamos más lejos, de entusiasmo que sirva de combustible para que todo lo demás sea posible.

Pero no solo con entusiasmo vamos a rejuvenecer la escuela. La formación y la mejora de los conocimientos docentes es fundamental. Los docentes tienen que mejorar constantemente el dominio de su área de enseñanza, pero también la manera como hacen que sus alumnos accedan a ellos. Tan importante es lo que se enseña como el modo que se hace.

La escuela está cansada porque está demasiado parada, demasiado quieta. La escuela necesita de movimiento para sentirse más eficaz y eficiente. Cuanta más capacidad tenga para responder de manera rápida a los problemas y a las nuevas situaciones, más energía tendrá. No hay mayor revitalizante que ver que lo que haces, por mucho esfuerzo que cueste, da sus frutos.

La escuela es una institución vieja y está cansada, pero sigue siendo tan necesaria como el primer día y es, sin duda, un lugar privilegiado para que los niños y los jóvenes de hoy sean las personas que cambiarán el mundo. La escuela no es el problema, la escuela es la solución.
 
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